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sábado, 25 de febrero de 2017

La evolución genética

 



La evolución genética
Autor: Ángel Alfonso Chan Pool

Introducción: 

La genética es algo más reciente ya que, aunque Gregor Mendel realizó sus trabajos en tiempos de Darwin, no se difundieron sus ideas hasta comienzos del s.XX. Se denomina neodarwinismo o síntesis moderna a la fusión de ambas teorías que tuvo lugar entre los años veinte y cincuenta de nuestro siglo. En las dos últimas décadas se han realizado importantes descubrimientos sobre los mecanismos químicos de actuación de los genes que nos permiten tener actualmente una visión aún más perfecta de los mecanismos evolutivos. En todas las células de todos los seres vivos se encuentran unas moléculas extraordinariamente largas, de forma espiral, de ácido desoxirribonucléico (ADN).

LA GENÉTICA estudia la forma como las características de los organismos vivos, sean éstas morfológicas, fisiológicas, bioquímicas o conductuales, se transmiten, se generan y se expresan, de una generación a otra, bajo diferentes condiciones ambientales.
La genética, pues, intenta explicar cómo se heredan y se modifican las características de los seres vivos, que pueden ser de forma (la altura de una planta, el color de sus semillas, la forma de la flor; etc.), fisiológicas (por ejemplo, la constitución de determinada proteína que lleva a cabo una función específica dentro del cuerpo de un animal), e incluso de comportamiento (en la forma de cortejos antes del apareamiento en ciertos grupos de aves, o la forma de aparearse de los mamíferos, etc.). De esta forma, la genética trata de estudiar cómo estas características pasan de padres a hijos, a nietos, etc., y por qué, a su vez, varían generación tras generación.

Desarrollo:
La genética es una disciplina de gran proyección hacia el futuro. En efecto, el campo de aplicaciones para los conocimientos que involucra a la genética es enorme, aplicaciones que en muchos casos servirán para solucionar problemas de enorme complejidad. La genética se ha desarrollado enormemente en las últimas décadas, desarrollo que llevó a secuenciar la información del genoma humano como asimismo de otros animales. Sin lugar a dudas, estos desarrollos llevarán a nuevos escenarios que significarán grandes controversias a nivel ético y filosófico. Con el paso de los años seguramente veremos un incremento de estos cuestionamientos cuando la comprensión de los alcances en aplicaciones concretas aumente.

La genética en la actualidad tiene una amplia relación con la teoría evolutiva. En efecto, la misma establece que las variaciones dentro de las especies se deben a mutaciones que se efectúan de forma aleatoria. Estos cambios se relacionan con cambios en los genes, con la posibilidad de supresión de algunos o aparición de otros. Dado que algunas de estas modificaciones implicarán una adaptación al ambiente, es decir, un aumento de las posibilidades de desarrollo y reproducción, estas modificaciones positivas tenderán a perdurar en el tiempo, pasándose a las siguientes generaciones. Por el contrario, aquellas características que sean menos indicadas en términos a adaptabilidad, se verán desalentadas.

La genética ha logrado desentrañar al genoma humano, a la secuencia de información que da cuenta de la evolución del desarrollo biológico de una persona. Este conocimiento puede ser vital en el futuro sobre todo en lo que refiere al tratamiento de enfermedades o al conocimiento más profundo de las mismas. Esta investigación tuvo algunas consecuencias imprevistas, como por ejemplo el descubrimiento de que una importante porción de la secuencia no tenía una función definida, hecho que llevó a algunos especialistas a la calificación de la misma como “basura”; lo cierto es que al respecto todavía existen muchos interrogantes que hoy en día son difíciles de resolver.

La genética podrá encontrar algunas soluciones en lo que respecta a muchos desafíos que hoy en día existen. Algunos de estas soluciones ya han visto la luz. Un ejemplo de esta circunstancia puede ofrecerlo la modificación genética que se ha realizado a distintos alimentos, modificación que los ha hecho más resistentes a distintas plagas, haciendo que los rindes sean mucho mayores. Este tipo de utilizaciones seguramente seguirán un largo derrotero, con cada vez más casos de organismos modificados, circunstancia que sin lugar a dudas despierta un amplio debate ético.



Gregor Mendel, el padre de la genética
Hijo de un veterano de las guerras napoleónicas y la hija de un jardinero, vivió una infancia marcada por la pobreza. En 1843 ingresó en un monasterio agustino de Königskloster, donde fue ordenado sacerdote en 1847. Más tarde se trasladó a la Universidad de Viena para seguir una carrera docente. En 1851 el sacerdote conseguía el titulo de Doctor en Matemáticas y Ciencias, gracias a lo cual, tres años mas tarde se convertiría en profesor suplente de la Real Escuela de Brünn.

Las tres leyes de Mendel

Las conclusiones obtenidas por Mendel luego de años de trabajos en su jardín y de miles de cruzas realizadas, pueden resumirse en sus tres leyes:
La primera ley, también llamada "Ley de la uniformidad de los híbridos de la primera generación", enuncia que “cuando se cruzan dos individuos de idéntica especie correspondientes a dos líneas puras y que difieren en el aspecto que presenta un mismo carácter, los descendientes muestran una homogeneidad en la característica estudiada y todos heredan el carácter de uno de los progenitores (llamado “factor dominante”), mientras que el del otro parece haberse perdido, o bien, presentan un rasgo intermedio entre los dos de los padres.”. En el último caso, se dice que hay “codominancia”.

La segunda ley, conocida como "Ley de la separación o disyunción de los alelos", nos dice que los factores hereditarios (más tarde llamados genes) constituyen unidades independientes, que se transfieren de una generación a otra sin sufrir modificación alguna. Al cruzar entre sí los descendientes obtenidos de la reproducción de dos líneas puras, se observa que el carácter recesivo (el que no se manifiesta), transmitido por uno de los progenitores, se hace patente en la segunda generación filial en la proporción de ¼. Esto implica que el carácter dominante se da en las 3/4 partes de los descendientes. Cada pareja de genes que determinan el carácter estudiado y que se hallan presentes en un determinado individuo se separan y al formarse las células reproductoras se combinan al azar.

La tercera ley, llamada "Ley de la independencia de los caracteres no antagónicos", afirma que cada carácter es heredado con total independencia de los restantes caracteres. Mendel debió cruzó plantas que diferían en dos caracteres (dihíbridos) y cuyo genotipo era, por ejemplo, AaBb para llegar a esta conclusión. Al formarse las células reproductoras, se originan cuatro tipos distintos (AB, Ab, aB y ab), que se combinarán de todas formas posibles con los mismos tipos del otro individuo. En total se obtienen 16 genotipos posibles.

Conclusión: 

La herencia, según los estudios de Gregor Mendel, es el traspaso de características de los padres hacia los hijos de tal forma que las características se transfieran de una generación a otra sin que se pierdan. La evolución es el estudio de los cambios que ha presentado cierta especie a través del tiempo. Estos dos conceptos están íntimamente relacionados, ya que, la evolución depende de la herencia por el simple hecho de que, si ocurre un cambio inesperado al transmitirse las características de una generación a otra, el ser resultante sería una evolución de la especie.


 

Referencias:
http://www.neoteo.com/gregor-mendel-el-padre-de-la-genetica#prettyPhoto

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